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¿Sabes cómo identificar los alimentos transgénicos de los orgánicos? Por lo general los alimentos transgénicos tienen un aspecto perfecto y todos son similares, en cambio, los orgánicos presentan diferentes tamaños y formas.
Los alimentos transgénicos son aquellos que se producen a partir de un organismo modificado por medio de ingeniería genética. Es decir, son una serie de alimentos a los que se les han incorporado mediante técnicas de biotecnología genes de otro organismo con el fin de obtener las características deseadas.
Los alimentos de origen orgánico son aquellos que no tuvieron ningún tipo de intervención de pesticidas, herbicidas o fertilizantes durante su producción. Este tipo de alimentos no necesitan fortificarse porque incluyen todos los nutrientes que una persona necesita para vivir. Son los que en ningún momento se intervienen para acelerar su ritmo de maduración, es decir, los naturales.
Existen varias maneras sencillas de identificar los alimentos transgénicos de los naturales u orgánicos:
Si en las etiquetas de los productos pone “100% orgánico”, “Orgánico” o “Elaborado con ingredientes orgánicos” indica que el alimento no tiene componentes genéticamente modificados, es decir, no son transgénicos. Si hay frases como “Sin OGM”, “Non-GMO” y/o “elaborado sin ingredientes modificados genéticamente”, los alimentos pueden contener Organismos Modificados Genéticamente, pero sin llegar al 0,9%.
Los alimentos genéticamente modificados tienen un aspecto perfecto: una forma perfecta, un tamaño idéntico y se conservan durante mucho más tiempo debido a que los nuevos genes les permiten ser más resistente a los factores exteriores. Para identificar los alimentos transgénicos, observar las frutas y verduras te dará pistas.
El 78% de la soja, el 33% del maíz, el 64% del algodón y el 24% de la colza en el mundo son alimentos transgénicos. Estos productos se añaden a alimentos que consumimos en nuestro día a día como embutidos, lácteos, pan y otros horneados, bollería, mayonesa, avena, etc.
Una dieta equilibrada es aquella que nos aporta todos los nutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo y es la que se caracteriza por ser adaptada a las particularidades físicas y el estilo de vida de cada persona; completa, ya que tiene que aportar las cantidades adecuadas de todos los nutrientes y fibra que necesita nuestro organismo; y variada, en la que predominen el consumo de productos frescos y de temporada.
Una dieta equilibrada debe incluir los siguientes alimentos: